Radicación. El Ministerio de Agua y Ambiente aprobó el
proyecto y dio luz verde a la semillera para construirlo. Antes de que trabaje
deberá completar el estudio de impacto ambiental.
por Florencia Ripoll
Desde esta semana, es oficial: la multinacional semillera
Monsanto, gigante proveedora del negocio agroindustrial y blanco de críticas de
ambientalistas y grupos que rechazan los alimentos transgénicos en todo el
mundo, obtuvo el permiso oficial para construir la planta de acondicionamiento
de semillas transgénicas de maíz que anunció en Malvinas Argentinas.
El gobernador José Manuel de la Sota anunció la radicación a
la opinión pública, semanas atrás, pero desde entonces la empresa de origen
norteamericano no había podido iniciar la construcción del complejo –que será
el segundo mayor del mundo, luego del similar que tiene en Rojas, Buenos Aires–
a la espera del permiso oficial para hacerlo. En diálogo con Día a Día, el
ministro de Agua, Ambiente y Energía de la Provincia , Manuel Calvo, confirmó que con la
resolución 595 esa cartera, autoridad de aplicación de la normativa ambiental,
se aprobó el “aviso de proyecto” presentado por la empresa. Esa autorización es
el primero de los dos grandes “sí” oficiales que debe lograr el complejo
industrial a nivel provincial, y le permite a Monsanto hacer toda la obra civil
de su planta, en la que anunció que invertirá un total de 1.500 millones de
pesos.
El segundo y definitivo permiso es aprobar el estudio de impacto ambiental para poder, una vez terminado el complejo, ponerlo a funcionar. Ese estudio incluye, por ejemplo, garantías sobre cómo se manejarán las emisiones de material particulado al aire y los residuos que genere la planta, sus sistemas de monitoreo y circuitos de tratamiento, y el esquema aprobado del manejo del residuos peligrosos que desecha (semillas curadas con agroquímicos descartadas).
El segundo y definitivo permiso es aprobar el estudio de impacto ambiental para poder, una vez terminado el complejo, ponerlo a funcionar. Ese estudio incluye, por ejemplo, garantías sobre cómo se manejarán las emisiones de material particulado al aire y los residuos que genere la planta, sus sistemas de monitoreo y circuitos de tratamiento, y el esquema aprobado del manejo del residuos peligrosos que desecha (semillas curadas con agroquímicos descartadas).
Otra autorización que ya tiene la empresa es la autorización
de radicación de la
Municipalidad de Malvinas Argentinas.
Aguas divididas
Este diario consultó a Calvo sobre la marcha legal del desembarco, que avanza en un mar dividido entre quienes promueven ese modelo de desarrollo agroindustrial –plenamente instalado en el campo argentino, que siembra semillas transgénicas desde 1996 y hoy masivamente– y la resistencia de parte de los vecinos de Malvinas y todo un arco de individuos, organizaciones civiles y partidos políticos que rechazan ese sistema y cuestionan en particular las prácticas de Monsanto, como el cobro de patentes por el uso de sus semillas y muchas otras prácticas .
Este diario consultó a Calvo sobre la marcha legal del desembarco, que avanza en un mar dividido entre quienes promueven ese modelo de desarrollo agroindustrial –plenamente instalado en el campo argentino, que siembra semillas transgénicas desde 1996 y hoy masivamente– y la resistencia de parte de los vecinos de Malvinas y todo un arco de individuos, organizaciones civiles y partidos políticos que rechazan ese sistema y cuestionan en particular las prácticas de Monsanto, como el cobro de patentes por el uso de sus semillas y muchas otras prácticas .
“El aviso de proyecto que autorizamos permite a la firma a
construir toda la obra civil de la planta, en un predio de 29 hectáreas antes
destinado a la siembra. Monsanto la presentó en cuatro etapas, y se aprobó la
primera, que en realidad es la más importante porque incluye todo el proceso de
tratamiento y embolsado de la semilla. Las otras son ampliaciones del lugar
para mayor producción”.
– ¿Qué incluye ese permiso?
– Implica que según lo que exige la ley de ambiente de la Provincia (2131), el
proyecto cumple con los requisitos y factibilidades necesarias para poder
comenzar a ejecutarse. En este caso, además de la documentación que completó la
empresa, nuestros técnicos pudieron viajar al complejo de Rojas, y sacarse
dudas in situ. Lo que resta completar, a medida que se avanza en otros exámenes
y presentaciones, es el estudio de impacto ambiental, que debe ser aprobado
para que la planta pueda funcionar.
– Una de las preocupaciones de vecinos de Malvinas Argentinas
es el uso del agua que hará Monsanto, ¿qué dice al respecto?
– La zona de Malvinas es uno de los corredores con mayor
cantidad de agua subterránea, y no tiene problemas de abastecimiento ni de
calidad. Recursos Hídricos dio la factibilidad de agua, la empresa deberá
completar la obra necesaria para obtenerla: una perforación que supervisa y
mide la Provincia ,
y sobre la que cobra un canon. Esa estructura debe estar lista para el estudio
de impacto ambiental. También tiene ya las factibilidades de gas y energía,
emitidas por Ecogas y Epec, que también requerirán obras.
– También hay miedo por la posible emisión de material
particulado…
– La planta es un módulo cerrado donde se hace el proceso,
está todo adentro. Igualmente, en el estudio de impacto ambiental, previo a la
habilitación, se evaluarán esas acciones y el plan de monitoreo. Habiendo
visitado Rojas, donde hay un proceso similar, ya hay opiniones al respecto.
– En definitiva, un temor central es que contamine el
entorno…
– Con este primer permiso y el análisis de impacto ambiental,
como Estado tenemos cubiertos todos los controles necesarios para que la
actividad se realice en el marco de la ley. Eso nos da garantía de que se hará
una actividad con los requisitos ambientales.
– Monsanto asegura que su planta “tiene menos impacto que una
automotriz u otras ya radicadas”, ¿qué dice al respecto?
– No me gusta comparar las actividades, hay que cumplir con
la legislación vigente. Monsanto cumplió y por eso salió la resolución. Nuestra
responsabilidad como autoridad de aplicación es evaluar, en este caso una
planta de semillas de maíz, sea de quien sea. Si viene una estación de servicio
le pido lo mismo que a Monsanto, por supuesto con las características que
requiere cada actividad, pero siempre un aviso de proyecto y un estudio de
impacto ambiental.
– Más allá de la planta, parte importante de la resistencia a
la empresa es global, se la rechaza como gigante promotora de los transgénicos,
¿qué opina al respecto?
– La responsabilidad del Ministerio es el cuidado y
preservación de los recursos de la provincia aplicando las leyes de agua y
ambiente. Ahora, cierto es que las sociedades se desarrollan, crecen y se
generan estos emprendimientos (como el de Monsanto) porque hay mayor demanda de
alimentos, por eso avanza también la tecnología, para satisfacerla.
Una multinacional
Monsanto fue fundada en 1901 en Missouri, Estados Unidos. En
sus inicios distribuía sacarina, en los años ‘20 expandió negocios a la química
industrial y luego a los plásticos.
En los ‘70 comenzó a desarrollar herbicidas y poco después
biotecnología, áreas que hoy son su fuerte. Produce el glifosato (bajo la marca
Roundup), tan utilizado en la agricultura como cuestionado por su impacto
ambiental. La firma remarca que está calificado como de los de menos riesgo
(categoría IV).
Es la mayor productora mundial de semillas genéticamente
modificadas (preparadas para resistir herbicidas), sobre las que detenta
patentes. En la Unión
Europea (salvo dos países) el uso de esa clase de semillas no
se permite, pero en otros, como Argentina, está admitido desde 1996 y hoy
masivamente difundido. El posible efecto perjudicial sobre la salud humana de
estos alimentos es un tema en arduo debate.
A Monsanto se la cuestiona, además, por sus prácticas
empresariales (por ejemplo, participar en la elaboración del agente naranja, un
químico usado en la guerra de Vietnam para destruir la selva que causó
numerosas muertes y malformaciones, incluso a soldados estadounidenses).
Por otra parte, Argentina viene promoviendo el uso de
biotecnología en el agro, y acaba de autorizar la venta en el país de la soja
RR2, la última semilla genéticamente modificada patentada por Monsanto que, se
promociona, eleva sensiblemente el rinde por hectárea. Desde esta perspectiva,
la biotecnología se valora para elevar la producción de alimentos.
Vecinos y otras organizaciones resisten con marchas
Aglutinados en la asamblea “Malvinas Lucha por la vida”,
habitantes de Malvinas Argentinas, de Monte Cristo, Capital y otras
localidades, y organizaciones sociales y ambientalistas se vienen aglutinando
en resistencia de la radicación de Monsanto.
“Por un lado, rechazamos el montaje de esa planta, que
manipula semillas envenenadas y que tiene muchos puntos ciegos, como la baja
calidad del empleo que ofrecerá, su uso de agua, etc. El progreso que enferma y
mata no es progreso”, explicó Matías Marizza, miembro de la asamblea. “La
segunda resistencia que hacemos es al modelo que encarna Monsanto: el uso de
transgénicos en el campo. No queremos acá ni en ningún lado una empresa que
colabore con la expansión de este modelo agropecuario que excluye pequeños
productores y agota los recursos naturales”, agregó.
El viernes, un grupo se concentró sobre ruta 19 y repartió
folletos explicativos a conductores y peatones, y luego marchó por la localidad
para replicar la acción en la ruta A88. El colectivo anti Monsanto planea
acciones similares para esta y la próxima semana, y el 17 de setiembre se
sumará con una marcha callejera en Córdoba capital a una protesta de rechazo
mundial a Monsanto.
“Malvinas, Lucha por la Vida ” realiza asambleas todos los miércoles en diferentes
lugares de Malvinas y difunde sus reuniones, acciones y otros materiales
informativos en su Facebook, que se llama como el grupo: Malvinas Lucha por la Vida.
Entre otros referentes, las Madres de Barrio Ituzaingó
Anexo, protagonistas del histórico juicio que terminó con un fallo condenatorio
por aplicación ilegal de agrotóxicos en un campo, se manifestaron en respaldo
de la resistencia de los vecinos de Malvinas Argentinas.
Fuente:
Monsanto logró el permiso para construir su planta, 02/09/12, Día a Día Córdoba.
Como pudo lograr el permiso
ResponderEliminarhay intereses ocultos en el gobierno?
Es así, tantos lo permisos como los estudios de impacto ambiental ya tienen el resultado puesto antes de su confección...
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